Los huracanes son ciclones tropicales en los que los vientos alcanzan velocidades constantes de 74 millas por hora o más. Los vientos soplan en forma espiral alrededor de un centro relativamente calmado (el ojo del huracán). Cada año éstas violentas tormentas traen destrucción a las zonas costeras y a islas en su trayectoria errática.
Es una estructura en forma espiral característica de los huracanes. En éste período aflora una aparente calma, los cielos están claros o parcialmente nublados. Pero ésta calma es engañosa, pues la misma es bordeada por los vientos de intensidad maxima y lluvias torrenciales. Muchas personas han perdido su vida al haber sido seducidos por la aparente calma del ojo, aventurándose a salir de sus hogares, siendo atrapados por los vientos máximos del lado más distante del ojo, donde el viento sopla en la dirección contraria a la trayectoria seguida en la primera mitad de la tormenta. (Antes en Puerto Rico se le conocía como la “virazón”).
Los vientos huracanados ocasionan mucho daño, pero las inundaciones son la causa mayor de muerte durante éste período.
Mientras el huracán se aproxima a tierra, trae consigo enormes olas que alcanzan en ocasiones 25 pies o más de altura sobre lo normal. Este levantamiento produce inundaciones en las áreas bajas de la costa. El oleaje y las corrientes corroen las playas, obstaculizan la entrada a las islas, socavan el terreno y destruyen las carreteras. Las lluvias torrenciales que acompañan al huracán se aproximan al interior. Cuando los vientos disminuyen, las lluvias torrenciales traídas a consecuencia del huracán, constituyen la mayor amenaza de muerte.
Mientras el huracán se aproxima a tierra, trae consigo enormes olas que alcanzan en ocasiones 25 pies o más de altura sobre lo normal. Este levantamiento produce inundaciones en las áreas bajas de la costa. El oleaje y las corrientes corroen las playas, obstaculizan la entrada a las islas, socavan el terreno y destruyen las carreteras. Las lluvias torrenciales que acompañan al huracán se aproximan al interior. Cuando los vientos disminuyen, las lluvias torrenciales traídas a consecuencia del huracán, constituyen la mayor amenaza de muerte.
El HURACÁN comienza como un pequeño ciclón tropical. Bajo ciertas circunstancias éstos disturbios aumentan su tamaño, velocidad e intensidad hasta que alcanzan su máxima capacidad convirtiéndose así en huracanes.
Las tormentas se mueven lentamente. En los trópicos, permanecen casi estacionarias por pequeños períodos de tiempo. La velocidad inicial es usualmente 15 millas por hora. Cuando el huracán comienza a alejarse del ecuador su velocidad aumenta y en las latitudes medias puede exceder las 50 millas por hora en casos extremos.
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