He ordenado a la mañana y he hecho que el amanecer conozca su lugar, para que alcance los confines de la tierra y sacuda de ella al malvado. Como tú eres recto, te daré dominio sobre los necios de este mundo. Se verá mi glorioso poder, porque vestirás la túnica sagrada de mi justicia y brillarás como el sol de la mañana con mi fuerza. Mi luz se abrirá paso como la mañana, y mi sanidad surgirá rápidamente. Oiré tu voz en la mañana cuando hagas tus peticiones ante mí y esperes con expectación. Yo soy tu fortaleza y refugio en tus momentos difíciles. Te dejaré satisfecho en la mañana con mi amor eterno, y podrás cantar de gozo y te alegrarás todos los días.
Job 38:12; Salmos 110:3; 143:1, 8
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