Hijo mío, no me desobedezcas ni escondas rebelión contra mí en tu corazón como hicieron los hijos de Israel y el rey Saúl. En mi amor y misericordia los redimí, y les levanté y los llevé. No contristes a mi Espíritu Santo, sino mantén como un patrón la sana enseñanza, la fe y el amor en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito que te fue encomendado; guárdalo con la ayuda del Espíritu Santo que vive en ti. Acudiré a ti y ataré la rebelión generacional contra mi Espíritu Santo que comenzó con mis hijos de Israel. Yo soy el Dios de esperanza, y te llenaré con todo gozo y paz si confías en mí, para que seas lleno de esperanza por el poder de mi Espíritu.
Isaías 63:10; Hechos 7:51; 2 Timoteo 1:13; Romanos 15:13
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