Hijo mío, no te dejes engañar; todo el que practica el pecado es del diablo. Él ha pecado desde el principio, pero mi Hijo vino al mundo a destruir todo lo que él ha hecho. Si alguien ama al mundo, mi amor no está en él, porque todo lo que hay en el mundo, la lujuria de la carne, la lujuria de los ojos y el orgullo de la vida, no viene de mí, sino del mundo. El mundo pasará, y también sus deseos. Cuando preguntes por qué perece la tierra y arde como un desierto a fin de que nadie pueda pasar, responderé: Porque han olvidado mi ley, la cual puse delante de ustedes, y no han obedecido a mi voz, ni han caminado conforme a ella. Por tanto, yo esparciré a los que hacen las obras de lujuria y perversión y enviaré una espada tras ellos hasta que los haya consumido.
Génesis 19:12-13; 1 Juan 2:16; Jeremías 9:12-16
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