El presidente estadunidense Barack Obama señaló hoy que la profanación de cualquier texto sagrado es un acto de 'extrema intolerancia y fanatismo', además de que condenó el asesinato de siete funcionarios de Naciones Unidas en Afganistán.
'La profanación de cualquier texto sagrado, incluyendo el Corán, es un acto de intolerancia extrema y fanatismo, sin embargo, atacar y matar a gente inocente como respuesta es atroz, y una afrenta a la decencia y la dignidad humana', indicó Obama.
En un comunicado divulgado por la Casa Blanca, el mandatario se refirió a la violencia suscitada por segundo día consecutivo en Afganistán, en respuesta a la quema de un ejemplar del Corán, el 20 de marzo pasado en Florida, por parte del pastor estadunidense Terry Jones.
Obama reiteró sus condolencias a las familias de los trabajadores de Naciones Unidas (ONU) que perdieron la vida en la norteña localidad afgana de Mazar-e-Sharif, luego de que una multitud atacó las instalaciones.
'Ninguna religión tolera el asesinato y la decapitación de gente inocente y no hay justificación para tal deshonra y acto deplorable', enfatizó.
'Ahora es el momento de recurrir a la humanidad común que compartimos, y que fue un ejemplo para los trabajadores de la ONU que perdieron sus vidas tratando de ayudar al pueblo de Afganistán', aseveró.
'La profanación de cualquier texto sagrado, incluyendo el Corán, es un acto de intolerancia extrema y fanatismo, sin embargo, atacar y matar a gente inocente como respuesta es atroz, y una afrenta a la decencia y la dignidad humana', indicó Obama.
En un comunicado divulgado por la Casa Blanca, el mandatario se refirió a la violencia suscitada por segundo día consecutivo en Afganistán, en respuesta a la quema de un ejemplar del Corán, el 20 de marzo pasado en Florida, por parte del pastor estadunidense Terry Jones.
Obama reiteró sus condolencias a las familias de los trabajadores de Naciones Unidas (ONU) que perdieron la vida en la norteña localidad afgana de Mazar-e-Sharif, luego de que una multitud atacó las instalaciones.
'Ninguna religión tolera el asesinato y la decapitación de gente inocente y no hay justificación para tal deshonra y acto deplorable', enfatizó.
'Ahora es el momento de recurrir a la humanidad común que compartimos, y que fue un ejemplo para los trabajadores de la ONU que perdieron sus vidas tratando de ayudar al pueblo de Afganistán', aseveró.
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